lunes, 8 de noviembre de 2010

Mi viaje por Atitlán.


Continúe mi viaje por este rincón mágico de Guatemala, donde a media que apreciaba su paisaje, me fui dando cuenta de la presencia de un ser supremo (Dios). Esto sucedió al verlo en cielo, cuando los rayos del sol se fundían en el espejo maravilloso del lago. Tuve la dicha de presenciarlo, de sentir tanta paz en mi corazón y de experimentar una comunión única.
La verdad que este viaje ha sido muy especial, he logrado captar tantas cosas con mi fotografía, he podido observar la caída de sol en uno de los muelles de Panajachel. Puedo asegurarle a todos los que leen este relato de mi travesía por mi país, que tienen tan solo que salir de sus casas, tomar la carretera y vivir esta experiencia.

Unas lanchas de las personas que trabajan día a día, llevando a muchos guatemaltecos de las distintas poblaciones del lago, eran parte de la imagen capturada por mi cámara, (ver fotografía). Nos hace pensar en las jornadas de trabajo por parte de los lancheros, de tantas personas que ha viajado en sus botes y las miles de historias que podrían contarnos.

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